Cómo lavar tu gorro y por qué necesitas hacerlo... ahora

Es solo un gorro, ¿cuánto se puede ensuciar? Si bien puede resultar tentador pensar que todo lo que te pones en invierno se mantiene limpio —después de todo, casi no sudas—, eso es completamente falso.

Señores, los gorros se deben lavar por lo menos una vez al mes durante el invierno y, si lo usas cada día o para practicar deporte, incluso más veces.

Aunque no sudes tanto como cuando haces burpees en julio, el cuero cabelludo sigue produciendo sebo. Pues bien, esa sustancia que hace que el pelo se vea graso también se deposita en el gorro y, si no lo limpias, empezará a oler.

Con esto no queremos decir que no seas limpio, solo que eres humano. Y si tenemos en cuenta la mezcla de grasas naturales, células muertas y el resto de las cosas a las que te tienes que enfrentar cada día, como ataques de palomas, contaminación y la suciedad que pasa de todo lo que tocas a tus guantes, es inevitable que tu gorro se ensucie.

Afortunadamente para tu gorrito y tus acompañantes en el transporte público, puedes lavarlo. El primer paso es identificar el material y mirar la etiqueta de cuidado que está cosida.

Si tu gorro de invierno se puede lavar a máquina, encontrarás las instrucciones de lavado en la etiqueta. Por norma general, las fibras sintéticas como el poliéster y las mezclas de lana y algodón se pueden lavar a máquina.

Nosotros somos más partidarios del lavado a mano porque los gorros tienden a estirarse y las lavadoras pueden propiciarlo, en especial en el caso de los gorros de punto.

Para evitar que se estire demasiado, mete el gorro en una bolsa de lavado, procura que el agua tenga la temperatura más baja posible —por debajo de 30ºC— y lávalo a mano o usa un ciclo delicado con prendas de colores similares. La bolsa de lavado evitará que se enganche en la lavadora. Deja que se seque al aire siempre para terminar.

1. Llena un balde o el lavabo con agua con una temperatura inferior a 30º C.
2. Añade una cucharadita o menos de detergente suave. Usa tu mano para mezclar el jabón con el agua.
3. Sumerge el gorro en el agua y muévelo alrededor durante cinco minutos. No debes frotar, retorcer o estrujar el gorro. Si tiene muchas manchas, haz un masaje sobre ellas con cuidado y, si está excepcionalmente sucio, déjalo en el agua durante más tiempo para eliminar todas las manchas y la grasa.
4. Quita el agua jabonosa y llena el recipiente con agua fría limpia. Remueve el gorro en el agua. Repite este proceso hasta que el agua esté limpia. Olvídate de poner el gorro bajo el grifo para aclararlo más deprisa, porque la presión puede estropear su forma.
5. Cuando el agua salga clara finalmente, pon el gorro sobre una toalla seca. Enrolla la toalla con cuidado sobre él y presiona con firmeza para eliminar el exceso de agua. No lo retuerzas ni lo estrujes.
6. Extiende el gorro sobre otra toalla seca y repasa su forma si es necesario. Deja que se seque al aire por completo.

Da igual lo cuidadoso que seas, al final acabarás con pelusas en el gorro. Esas pequeñas bolas de pelo son fibras cortas que se enredan hasta formar bolas. A no se que prefieras quitarlas una a una con tu mano (una gran actividad para una noche de insomnio), lo mejor es que uses un quitapelusas eléctrico o una cuchilla de afeitar.

La clave para cuidar de tu gorro es comprender las instrucciones de lavado que vienen con él. Si no encuentras los símbolos por alguna razón, la opción menos arriesgada es lavarlo a mano.