Aprender es vivir
Y adaptarse es la clave del éxito.
Vamos a darle un lavado de cara a nuestra colección de relojes más popular de todos los tiempos: Dante. Normalmente hacemos algunos ajustes en nuestros diseños en base a las opiniones de los clientes, la evolución en los principios de la estética y el diseño y los avances en las tecnologías manufactureras.
Hemos rediseñado las manecillas para que resalten más frente a la exposición del movimiento y equilibrado el diseño de la esfera para que se vea con más claridad y sea más fácil de leer. La corona es ahora más angular, lo que le da una estética fuerte que encaja con el estilo general y facilita su uso, y los números del bisel son más grandes y hondos. Hemos añadido las palabras “Danish Design” con caracteres pequeños a las seis y vamos a lanzar bastantes combinaciones de colores nuevas. Las correas también serán más largas para aumentar las posibilidades de personalización.
Mientras nos preparamos para la llegada de los nuevos relojes, hemos pensado que sería una buena idea repasar cómo y, lo que es más importante, por qué diseñamos el original.
Un poquito de historia
Por qué usamos relojes de pulsera
En lo que se refiere a los accesorios típicamente masculinos, el reloj es lo primero en lo que piensa casi todo el mundo. Se han convertido en la pieza central de nuestro estilo, aunque su uso no se masificó hasta hace un poco más de un siglo.
Se dice que la reina Isabel I de Inglaterra poseía una pulsera con un reloj integrado que funcionaba en siglo XVI. Antes de la Primera Guerra Mundial, cuando los relojes de pulsera se empezaron a usar para coordinar los ataques, solo las mujeres los llevaban. Los hombres tenían relojes de bolsillo.
El primer reloj de pulsera de cuarzo apareció en el mercado en 1969, e hizo que el movimiento fuera más fiable y exacto, y el precio sensiblemente más económico que el de los relojes mecánicos. En comparación, los movimientos mecánicos son más grandes, pesados, caros y menos precisos. Así pues, sería de esperar que se impusieran. Pero no fue así.
En primer lugar, los movimientos de cuarzo no son particularmente bonitos. Muchos de nosotros tenemos múltiples relojes y, con el paso del tiempo, nos hemos tenido que enfrentar a la frustración de encontrarlos muertos en la caja. Hoy en día, en la era de la sostenibilidad, la idea de evitar las pilas suena muy atractiva. Si bien algunos esperan que se descubra algo en el futuro, en este caso la respuesta sería volver a lo clásico.
En 1760 al maestro relojero André Charles Caron se le ocurrió mostrar la complejidad de su trabajo a sus clientes, así que le quitó la esfera de uno de sus relojes de bolsillo para dejar al descubierto sus increíbles movimientos. Sus clientes se quedaron fascinados. También se dio cuenta de que al quitar esta y otras partes de metal de protección podía hacer que sus relojes fueran más finos y ligeros que los de sus competidores. Y así es como nació el reloj esqueleto.
Saludos al reloj Dante
Y que su reinado dure mucho tiempo
El Dante se inspira en nuestro deseo de eliminar la pila y fusionar la artesanía clásica con una estética moderna al mismo tiempo. Encontrarmos el equilibrio perfecto en un reloj que se carga con tus movimientos, mientras que muestra el latido de su corazón y es fácil de leer.
Todos los accesorios que creamos empiezan con un briefing, o documento interno en el que describimos por qué queremos fabricar un producto en particular. Los relojes esqueleto de calidad suelen tener un precio prohibitivo, mientras que los baratos no son fiables y están hechos con materiales pobres. Queríamos cambiar esto a través de un reloj que maximizara la relación calidad-precio. Para lograrlo hay que tener en cuenta todo, desde los materiales hasta los movimientos y tratamientos de superficie con una perspectiva imparcial que nos permita obtener el mejor resultado con un menor coste.
El diseño de un reloj esqueleto empieza por su movimiento. Tras consultar con muchos fabricantes, encontramos el Seagull ST1646, un movimiento conocido por su fiabilidad que es la mezcla perfecta de precio y exactitud. Nuestros diseñadores crearon unos bocetos con la idea de mostrar las partes más activas del movimiento, es decir, el volante regulador, muelle real, mecanismo de escape y engranajes, y ocultar las menos atractivas, como la tija. Esto también nos permitía tener algo de espacio para añadir el logo de Seizmont.
La perfección es un proceso gradual
Y hacer las cosas bien lleva su tiempo
Tras muchas repeticiones, por fin creamos a algo que nos gustaba. Entonces enviamos el mejor diseño que teníamos a varios fabricantes para recibir muestras. No solo sometimos dichas muestras a pruebas de estrés más que exigentes, sino que también escogimos el tratamiento de coloración para la superficie más duradero y atractivo. El recubrimiento PVD sobre el acero inoxidable demostró ser la combinación más sólida y estética y, cuando se ejecuta a escala industrial, sirve para fabricar cajas de reloj considerablemente baratas y duraderas.
La decisión sobre si exponer el rotor (el peso que hay en la parte de atrás que hace que tu reloj se cargue mientras mueves la mano) generó un debate interesante. Por una parte, es difícil verlo cuando está unido a tu brazo, así que, ¿para qué molestarse en enseñarlo? Las tapas de cristal son más caras que las de acero inoxidable y, con una placa sólida, es más fácil protegerlo del agua. Por otra parte, para las personas que están interesadas en cómo funcionan los relojes mecánicos automáticos (algo que aplica a la mayoría de los que eligen relojes esqueleto), el rotor, resorte principal y engranajes de la parte de atrás con tan fascinantes como la parte de delante. Eso sí, si vas a enseñarlos, tienes que conseguir que se vean atractivos. Y lo hacen.
La última decisión fue la de elegir vidrio mineral o cristal de zafiro. Nuestros primero diseños requerían de vidrio mineral, pero, una vez que vimos lo fuerte que podíamos hacer el resto del reloj con acero inoxidable de grado quirúrgico y un recubrimiento de PVD de alta calidad, lo más lógico era seleccionar un cristal que estuviera a la altura para que la pieza entera resistiera a los arañazos y corrosión. El cristal de zafiro es mucho más sólido que el vidrio mineral y, aunque ha hecho que el precio suba un poco, el resultado final es un reloj del que nos sentimos muy orgullosos y asequible para todos.